Hay sitios que son especiales cuando uno quiere expresar el verdadero sentimiento hacia otra persona, mas específicamente cuando la persona a quien manifestas lo que sentís es la mujer que te amo cuando nadie te amaba. La mayoría de los normales encontramos un lugar determinado dentro de nuestro hogar; el dormitorio, el living, la cocina o cualquiera de las demás habitaciones pueden llegar a ser esa zona en donde el cielo y el infierno se encuentran con gran facilidad. Yo tuve dos recovecos exclusivos en donde todavía sigo viendo esas exposiciones en forma de oasis. El primer tributo que rindo es para el sillón de mi casa, no se imaginan lo cómodo y agradable que es; toda persona que ha probado mi sillón, se ha enamorado de él, cada terrícola que visita mi casa, aterriza en el mismo antes de saludarme. Entonces, si a las propiedades de mi sitial, se le agrega el condimento mágico de haberlo compartido con la mujer que me enseño a reír, con la mujer que era mi dios, sería mentiroso si afirmara que no extraño volver a compartirlo.
Mi segundo homenaje es para mi cama, mi hermosa cama, un paraíso horizontal donde los sueños hablan con mis deseos y mis realidades. Pero no voy a ser yo quien hable de ella, sino la persona con quien compartí territorio, fiestas, batallas, celebraciones; y lo hace mediante el reflejo de las sensaciones que amanecían cuando el colchón era nuestro mar, “...recordare tu cama, la suavidad de tus masajes, nuestras risas disparatadas, especialmente tu risa divina, la delicadeza de las meriendas, mirar los simpsons sin mirarlos, los miles de peinados despeinados que me hacías, las siestas salvajes, tu super almohada, la comodidad de tu cuerpo, tus quejas por mis cosquillas en los pies, la caricias nómades que recorrían mi figura, de tu lema “boy-scout”, pero no hubo nada que iguale al aroma de tu besos no me lo olvidaré jamás, son únicos, simplemente indescriptibles, simplemente inolvidables...”
Tomo la posta del halago de sus palabras y le dedico las emociones que yo sentía cuando la besaba mediante unos párrafos de Cortazar y su Rayuela.
“...Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
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Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. -
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua...”
Hermosa manera de besar que tenias...mis cariños donde estés...
En Villa Urquiza me mude por 10 días, en Villa Urquiza dormí a tu lado, en Villa Urquiza amanecí a tu lado, en Villa Urquiza siempre estabas entre mis brazos cuando mirábamos tele, en Villa Urquiza supe que en el tren de las 6.55 viaja menos gente que en el de las 7.15,
en Villa Urquiza no planchaba, ni vos tampoco, en Villa Urquiza las risas y los “te amo” eran la intersección de cada encuentro en la casa, en Villa Urquiza aprendí a dibujar en tu espalda cuando nos duchábamos, en Villa Urquiza tenía mucha cara de dormido cuando delante de la cocina se me quemaban las tostadas haciéndote el desayuno, en Villa Urquiza todas las noches recorriamos dos cuadras hasta la plaza para pasear a nuestro perro,
en Villa Urquiza íbamos de la mano a todos lados sin miedo a ser descubiertos, en Villa Urquiza disfrutaba sentarme en el balcón mientras la noche se despertaba y amanecían tus besos, en Villa Urquiza sentía placer al cocinarte mientras te veía estudiar arduamente, en Villa Urquiza me di cuenta que estaba enamorado hasta de tus caras de enojo, en Villa Urquiza había una estación de servicio donde vendían tu helado torpedo,
en Villa Urquiza eras la princesa de cucurucho, en Villa Urquiza encontré un nuevo juego, ir de compras a coto con vos, en Villa Urquiza me sentía solo porque vos salías a los 18 y yo una hora antes, en Villa Urquiza hay un puesto de flores en la esquina de Monroe y Triunvirato donde vendían tus jazmines,
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en Villa Urquiza te abrazaba todo el tiempo, y mas también, en Villa Urquiza fuimos marido y mujer, en Villa Urquiza mi corazón se extasiaba por tanto amor, en Villa Urquiza hoy ya es invierno, en Villa Urquiza me quedaron sueños sin exprimir, de Villa Urquiza partí hace unos meses, en Villa Urquiza te quedaste para seguir amando...
[ Se recomienda escuchar el tema "no necesito nada", de NO TE VA A GUSTAR, durante o posterior a la lectura de este escrito]
No necesito ganas ( NO TE VA A GUSTAR) - Acostumbrado, equivocado no veo el cielo, esta nublado apareciste sin que te buscara nadie, no esperaba encontrarte ahi tal vez tu risa no tenia sombras, no tenia cara fue todo lo que vi me prestaste un beso me prestaste calma me prestaste todo lo que me faltaba tenes la receta justa para hacerme sonreir y todo el tiempo sabes lo que me asusta sabes lo que me gusta estar con vos me robaste el cuerpo me robaste el alma ya es tuya la voz con la que antes cantaba me quitas el sueño me quitas el habla pero si estoy con vos no necesito nada
Desde el día en que terminamos, fecha que no recuerdo debido a todos los encuentros homenaje, no hay un día que me levante y piense, si tendré noticias de ella, si tendré un mensaje de texto, un mail, algo de ella. Siempre hay un momento cotidiano en que me pregunto que estará haciendo, que será de su vida, si será feliz, aunque en mi percepción ya sospeche lo que estará haciendo.
Mis pensamientos se matan a trompadas todo el día, mientras que una parte mía la defiende y muestra justificación en lo vivido, en lo compartido, en todo el brillo que tuvo nuestra relación y en una carta en la cual cedió el orgullo y su corazón hablo. Por el otro lado, el grupo mas reacio tiene como alegato su corto plazo de luto, los “te amo” ya regalados, un viaje robado y su presencia ausente que responde a las preguntas que mas respuestas necesitan.
No saben lo que es convivir con estos gritos todo el día, es un infierno, estas peleas mentales me lastiman constantemente, me pierdo en el tiempo y espacio, me paralizo. He utilizado la razón miles de veces y en cada ocasión trato de inyectarla hasta mas no poder, pero es como aplicar solo un sedante en ese momento, que dura una noche, una tarde y a veces menos, puesto que el dolor de su perdida arde más de lo esperado.
Hay un vacío que realmente siento, lo siento en mi interior, en el medio del pecho, siento un agujero enorme, siento el aire pasar por el centro de mi cuerpo. Y por ese orificio ingresa el viento mas frío de cualquier invierno, recorre mis entrañas, hasta producirse un escalofrió letal que se expande hasta el punto mas lejano de mi organismo y sin sufrimiento, sin congoja, las lagrimas emprenden un camino solitario por mis mejillas, similar camino que recorrieron cuando escuche “y no te asustes se me rió como un loco…” en un recital de los piojos, o cuando el ultimo día que la vi y la vuelta a casa fue eterna, o como siguen caminando cada vez que leo mi carta despedida o de la forma en la siguen derramándose cuando recuerdo cada momento divino que pasé con ella.
No se cuanto va a durar éste estado de ánimo. El tiempo es el que decide en estos casos, yo no tengo las fuerzas para ayudarlo, quiero dormir todo el día, prefiero no hablar con nadie, la incertidumbre ya no me altera. En la oscuridad es donde mejor me muevo y el silencio nace como un nuevo lenguaje para mí.
Creo que me estoy quedando sordo, o mis oídos escuchan menos a las personas, o las oigo lejanas como a metros de distancia, pero la contradicción de mis sentimientos hace que exista sola una cosa que hace tiempo sigo escuchando con el mismo tono de dulzura de siempre, su risa...no puedo escaparme de ella, no tengo ningún refugio porque vive silenciosamente en mi...
escrito por SIMÓN ( caballero de la LL )
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Algún refugio para ocultarme de esta feroz tormentade preguntas de respuestas. No se a quien preguntaro si talvez callar o viejos sitios visitar o mantenerme quieto cerrar los ojos y llegar a ver. El manto, el manto cubriendote,te vi, me vi.
Y fuimos juntos contemplando el silencio,buscando una y cientosde vecesentre el río y el mismísimo mar.
Y fueron las lluvias, su agua y los vientos viajando, jugueteando,erosionando.
Y hoy somos rocas y mañana arenas.bañados por las aguasde este mismísimo mar de miedos.
No quiero volver atrásquiero encontrar las fotos,el tiempo sobre veces pasadas,recientes, lejanas en tiempos de furia y de calma soy lo que me espera allá espérame allá hoy mi deseo es poder desear te que estes bien donde quieras que estes Que estes bien...